5.2.08

Casi como en Buenos Aires

Finalmente recibimos la llamada para empezar a trabajar en la Hostería. Teníamos que empezar al otro día, todo bien si no fuera porque nosotros nos encontrabamos en Madrid y el lugar de destino en la punta de la montaña, literalemente. Tuvimos que dejar nuestro trabajo, salir corriendo a comprar el pasaje, dormir cuatro horas, dejar la habitación que estábamos alquilando, cargar cinco valijas, dos notebooks, un bolso y un peluche gigante. Básicamente una pavada. Hicimos todo bien, sólo nos falló nuestra intuición horaria argentina. El tren que tenía que salir a las 9 en punto, salió a las... 9 (en punto), una falta de respeto ya que nosotros llegamos cinco minutos después con la ilusión de que nos esperaría... como en Buenos Aires.

Gracias a esto tuvimos que retrasar nuestra llegada a Valencia y nuestra partida desde Madrid. Pasamos un bonito día en los alrededores de la estación donde casualmente se encontraba el famoso Museo del Prado con una cola enorme de gente, la cual tuvimos que sortear con gran ingenio argentino.

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